Mientras el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos entra en su segunda semana, un efecto colateral grave está tomando forma: los vuelos que conectan el país sufren demoras crecientes y existe la real posibilidad de cancelaciones masivas si no se encuentra una solución urgente.
Funcionarios del ámbito aeronáutico advierten que la situación ya está afectando la seguridad operativa y poniendo en jaque la capacidad de mantener el sistema de transporte aéreo en funcionamiento.
El eslabón crítico: controladores que no se presentan
Más allá de los recortes presupuestarios o la paralización administrativa típica de un cierre gubernamental, este episodio está desgarrando un engranaje esencial: el personal de control del tráfico aéreo.
Alrededor de 13.000 controladores continúan trabajand