Los amantes del asado buscan distintos métodos para lograr un resultado único. En este marco, una de las técnicas que cada vez es más conocida es la de frotar un diente de ajo en la parrilla caliente antes de hacerlo.

No es solo cuestión de sabor, sino que el ajo tiene compuestos naturales que, al tomar contacto con el calor, forman una fina película sobre el hierro o el acero inoxidable de la parrilla. De esta manera, logra que la carne no se pegue y se pueda dar vuelta fácil.

Pero además, el ajo deja un aroma suave y un toque de sabor que realza la carne sin invadirla.

También, el ajo también ayuda a limpiar y desinfectar la parrilla. Sus compuestos sulfurados eliminan restos de grasa y bacterias de asados anteriores.

Cómo aplicar el truco del ajo, paso a paso

Cortá un diente de ajo

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