Tres dimensiones son un exceso, y no digamos cuatro con el infame añadido del tiempo, o muchas más hasta el infinito como proponen los físicos teóricos. La mayoría de la gente prefiere dos, con la realidad de dos dimensiones se dan por satisfechos, para qué más. De ahí el éxito universal de las pantallas, así como el arte del dibujo, la pintura y la escritura, que siendo bidimensionales ya cubren todas nuestras expectativas acerca del mundo.

Y basta introducir un poco de perspectiva a la imagen o el texto para que reflejen la realidad exactamente, como los espejos, pero sin los inconvenientes que más dimensiones acarrean. Si se fijan verán que buena parte de las desgracias que afligen a la humanidad proceden del exceso de dimensiones que inflaman la materia. Volumen, tiempo, las dimension

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