Buscar la financiación de modelos de negocios amigables con el medio ambiente, bajos en emisiones de carbono y adaptables al acelerado cambio climático de las últimas décadas, f ue la motivación que hace un poco más de 18 años tuvieron el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional para la creación y el lanzamiento al mercado de los llamados bonos verdes.
Clasificados como instrumentos de deuda ofrecidos por empresas privadas, entidades gubernamentales o mixtas, los bonos fueron creados y han funcionado con las características de tener un plazo fijo y también una tasa de interés fija. La diferencia frente a los bonos normales radica en que, en los verdes, el emisor se compromete a destinar lo recaudado a proyectos sostenibles o que contribuyan directamente a minimizar las c