
Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a sacar toda la artillería contra Pedro Sánchez en la sesión de control el Gobierno y ha sacado una carta que hasta ahora mantenía guardada: usará la mayoría absoluta del PP en el Senado para citar al presidente a la comisión de investigación del 'caso Koldo' este mismo mes de octubre. “Se acabó la huida. Esta mañana será citado en la comisión de investigación del Senado. Y usted estará en el mes de octubre en la comisión. Le resultará muy difícil, pero está obligado a decir la verdad”, ha dicho el líder de la oposición, a quien su bancada ha aplaudido en pie tras la intervención. “Ánimo, Alberto”, le ha respondido irónicamente el presidente, que ha despertado las carcajadas de la vicepresidenta, María Jesús Montero.
Año y medio después de incluir al líder socialista en la lista de posibles comparecientes, y tras negarse a hacerlo en múltiples ocasiones, Feijóo ha activado una de las balas que se guardaba para aumentar la presión contra Sánchez por los casos de corrupción que afectan al PSOE y a su familia. “Usted es el máximo responsable de todo, está tan pringado como ellos”, ha concluido, mientras la bancada del PP se ponía en pie para vitorear el anuncio de su jefe de filas. Fuentes de Génova aseguran que fijarán la comparecencia de Sánchez “después de que declaren en el Supremo Koldo y Ábalos y antes de que sea juzgado en noviembre el fiscal general del Estado”.
“Un presidente limpio y decente hubiera hecho dos cosas. Trasladarse a Ferraz y preguntar de dónde salen los billetes de 500 que llaman txistorras. Segunda, llamar al despacho del ministro de Política Territorial y preguntarle si lo que se está publicando es cierto”, ha dicho Feijóo en referencia al informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sobre los pagos recibidos por el exministro José Luis Ábalos y su colaborador Koldo García y los rumores sobre la involucración de Ángel Víctor Torres.
“Que la realidad no le estropee un buen titular. Con los ríos de tinta que han corrido sobre la supuesta financiación irregular del PSOE, léase la página 28 del informe y verá que sus acusaciones son falsas. Elija bien sus batallas”, le ha contestado Sánchez, que, a partir de ahí, se ha lanzado a la batalla ideológica contra el PP. “Hemos subido un 45% la inversión en sanidad pública. Ustedes derivan la sanidad pública a la privada y lo que ocurre en Andalucía es que hay mujeres sin pruebas diagnósticas ni tratamientos oncológicos”, le ha reprochado sobre el escándalo de los cribados del cáncer de mama en la Administración de Juan Manuel Moreno Bonilla.
También le ha recriminado que voten en contra del embargo de armas y su anunciado rechazo a la reforma de la Constitución para blindar el aborto. Así, ha tirado de cifras sobre la práctica del aborto en los hospitales públicos de otros países (el 99% en Suecia 99% o el 94% en Italia). “En la Comunidad de Madrid, sólo el 1%. Eso es un atropello al derecho de las mujeres reconocido por la Constitución y la legalidad vigente. ”Este Gobierno defiende a la gente de a pie y ustedes, a la élite de siempre“, ha acabado Sánchez.
“Patético”, le ha respondido Feijóo, que no ha dicho ni una palabra de la sanidad o del aborto y se ha limitado a reprochar al presidente la corrupción en el PSOE y ha vuelto a entrar en el ataque personal: “Un breve repaso a sus mentiras. Decía usted: mi hermano y mi mujer son inocentes; ocho delitos investigados. Ábalos es una persona honesta, sentado en el banquillo del Tribunal Supremo. Santos [Cerdán] es un buen socialista, en la cárcel”. “Queremos abolir la prostitución, usted que ha vivido de ella”, ha rematado en referencia a los negocios del suegro de Sánchez.
“Más de 300.000 euros en saldos y todo es una inventada. No, señor Sánchez, es su biografía. Es imposible haber delinquido sin usted”, ha agregado Feijóo antes de terminar con su baza guardada: la citación en el Senado. “Ánimo, Alberto”, se ha limitado a contestar Sánchez, que ve en las encuestas que el PSOE no acusa un gran desgaste e incluso se acerca al PP, que sufre por la pérdida de votos hacia Vox.