ROMA (EFE).— El Coliseo de Roma abrió ayer al público el pasillo subterráneo del emperador Cómodo, galería restaurada que durante siglos permaneció cerrada y ahora revela un fragmento desconocido del poder imperial.

El corredor, construido entre los siglos I y II después de Cristo, conectaba la zona reservada a los poderosos con la entrada sur del Anfiteatro Flavio, permitiendo que los emperadores llegaran a su palco “sin ser vistos”.

Según informó el Parque del Coliseo, su atribución a Cómodo se debe a que “fue atacado por un conjurado entre sus muros”, tal como recogió el historiador romano Dion Casio.

La directora del sitio arqueológico, Alfonsina Russo, afirmó que la apertura de este espacio de uso “exclusivo de los emperadores” representa “un éxito importante” en la conservación de

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