El acto y el discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum por su primer año de gobierno han despertado, como suele suceder en estos casos, especulaciones y suspicacias. Cada palabra, cada gesto, cada mención, cada ausencia y hasta la ubicación de los invitados son señales que, con intención o sin ella, son interpretados como mensajes políticos a partir de los cuales se pretenden adivinar los siguientes pasos en la estrategia política. En estos momentos todo es verdad y, al mismo tiempo, todo es mentira, pues no existe certeza de que cualquier señal se convierta en certidumbre, pero tampoco se puede descartar la posibilidad de ello. Sin embargo, y en espera de que en las semanas y meses por venir la neblina se disipe y el panorama se aclare, algunas de ellas hoy forman parte tanto de la gril

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