El Radar

Por Jesús Aguilar

En la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el poder no se pierde: se recicla. El reciente ingreso de Mariana López Ponce, exvicepresidenta de la Federación Universitaria Potosina (FUP), a la nómina de la Secretaría General de la UASLP, encabezada por Federico Garza Herrera, es una postal precisa de cómo opera el poder en una institución que hace tiempo perfeccionó un modelo de control político e institucional bajo el capelo de la autonomía.

López Ponce, abogada recién titulada, fue contratada como auxiliar administrativa con un salario de poco más de ocho mil pesos netos mensuales. En sí mismo, el cargo no tendría trascendencia pública. Pero el contexto lo convierte en un símbolo poderoso: apenas un año antes, en mayo de 2023, la entonces dirigente estudia

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