“No estamos en guerra, pero tampoco estamos en paz”.

La advertencia del canciller de Alemania, Friedrich Merz, el mes pasado podría carecer de los fatídicos presagios del lamento de Sir Edward Grey en vísperas de la Primera Guerra Mundial: “Las luces se están apagando en toda Europa”.

Pero sí marcó un cambio de página en la historia en medio de una oleada de incursiones en el espacio aéreo de países de la OTAN por presuntos drones y aviones de guerra rusos, junto con otras actividades marítimas y cibernéticas amenazantes.

Durante 80 años, Europa consideró su paz inviolable. Ahora, ya no puede estar segura. La frase de moda para una nueva era de incertidumbre es la “zona gris”: un estado en el que nada es blanco o negro; ni en plena guerra ni en paz.

Merz no es el único preocupado. El

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