El robo de smartphones se ha convertido en una preocupación creciente para las autoridades de Londres. Lo que habitualmente comienza como un simple hurto callejero, esta vez derivó en una investigación policial que expuso una red internacional dedicada al tráfico de celulares. El hallazgo se produjo luego de que el rastreo de un iPhone robado condujera a las fuerzas de seguridad hasta un almacén próximo al aeropuerto de Heathrow.

El caso, ahora conocido como “Operación Echosteep”, permitió desmantelar un entramado que operaba desde la capital británica y que habría enviado miles de teléfonos robados a Hong Kong. Los resultados obtenidos revelan la magnitud de un mercado ilegal que aprovecha la alta demanda de dispositivos de segunda mano y la facilidad para exportarlos sin control.

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