En la vida cotidiana, el lenguaje corporal acompaña lo que decimos con gestos y miradas. Uno de los más frecuentes es desviar la vista al hablar: un gesto que puede reflejar incomodidad, distracción o incluso una emoción reprimida.
La psicología , que estudia la conducta humana en detalle, explica que este gesto no tiene un único sentido, sino que depende del contexto, de la relación entre las personas y hasta de rasgos de la personalidad.
En las parejas suele darse tras un enojo. Foto ilustración Shutterstock.
Según especialistas, interpretar correctamente cuándo alguien evita la mirada requiere observar no solo el momento puntual, sino también la coherencia con otros gestos.
De lo contrario, podríamos atribuir intenciones negativas a lo que, en realidad, es solo un rasgo q