Leyendas nutridas desde la tradición oral que tienen que ver con los espacios y los contextos donde se desarrollan: el diablito que descansa en la iglesia de San Miguel de Cholula; la vida conventual de mujeres novohispanas que vivían bajo el claustro, con rígidas normas y sin contacto con la vida exterior; una niña que invita jugar mientras se desvanece entre los pasillos y anchas paredes de un antiguo hospital; catrinas elegantes que se pasean por las antiguas casonas donde habitaban; y el antiguo dolor de la Cihuacoatl que todavía, según se cuenta en los pueblos y ciudades , deja en el aire el grito dedicado a los hijos que ella misma asesinó, por despecho del hombre español que la cambió por otra.
Pensadas para fomentar el patrimonio inmaterial que resguardan, estas y otras