Fue una jornada poco habitual. Desde muy temprano, en los alrededores de la Bombonera, se empezó a reunir mayor cantidad de gente de lo normal. Siempre hay contingentes de turistas que incluso pasean por los alrededores del estadio Alberto J. Armando con un guía turístico, pero esta vez los detalles de la historia de Boca tenían un eco extraño. Los primeros minutos de la mañana fueron casi de un silencio respetuoso, sepulcral. De a poco empezaron a llegar las coronas dedicadas que fueron apostadas sobre la histórica Puerta 3, por donde el público en general hizo su ingreso y egreso. El vallado se extendió a lo largo de la calle Brandsen y se ubicó en paralelo a la cancha también por Dr. del Valle Iberlucea.
“No hay placer más grande que ser hincha de Boca. Gracias Miguelo, QEPD. Nunca t