El organismo, al que el operador pide medidas "urgentes", dijo ya en 2019 que la normativa para evitar sobretensiones estaba desfasada, pero no la ha actualizado hasta este año y tardará en estar implantada

Red Eléctrica pide medidas "urgentes" ante nuevas "variaciones bruscas de tensión” y riesgo de apagones

Las medidas “urgentes” antiapagones que ha pedido esta semana Red Eléctrica de España (REE) a la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) retratan seis años de inacción del ‘súperregulador’ para renovar la normativa de control de tensión, materia de su competencia clave en el histórico cero energético del pasado 28 de abril.

La CNMC es responsable, entre otras muchas cosas, de aprobar los procedimientos que le propone el operador del sistema eléctrico. REE pide cambios “urgentes” en cuatro de estas normativas ante “variaciones bruscas de tensión” en las dos últimas semanas y “riesgo para la seguridad del suministro”. Esas variaciones, “aun estando siempre las tensiones dentro de los márgenes establecidos, potencialmente pueden desencadenar desconexiones de demanda y/o generación que terminen desestabilizando el sistema eléctrico”, ha transmitido REE a la CNMC.

El organismo aprobó en junio el nuevo procedimiento de operación de control de tensión, conocido como 7.4, tras años analizándolo, y que permitirá que las renovables controlen tensión (ahora lo tienen muy limitado), aunque no estará implantado hasta 2026. La CNMC conoce desde hace años que los procedimientos vigentes para evitar sobretensiones en la red estaban obsoletos. La cronología de hechos es esta:

21 de noviembre de 2019: la CNMC avisa de que hay que actualizar el procedimiento 7.4, pues se trata de normativas que “no se han tocado en 20 años”. “En un contexto de incorporación masiva de generación renovable no gestionable” y para preservar la “seguridad” del sistema eléctrico, “conviene retomar la definición de los servicios de control de tensión o de potencia reactiva prestados por todos los elementos conectados, con la consecuente revisión del P. O. 7.4 (‘Servicio complementario de control de tensión de la red de transporte’)”, dijo la Sala de Regulación del organismo.

Noviembre de 2020: REE saca a consulta la actualización del 7.4. Es “imprescindible adaptar y actualizar la normativa vigente” para que el nuevo servicio de control de tensión esté en vigor “a partir de 2021”. Con la progresiva penetración de renovables, “el sistema eléctrico español peninsular ha ido evolucionando haciéndose cada año más variable”, con “severos problemas especialmente de sobretensión en periodos valle y llano”, cuando no hay puntas de demanda, como ocurrió el pasado 28 de abril o ha pasado en las últimas semanas.

Julio de 2021: REE remite a la CNMC una propuesta para revisar varios procedimientos de operación, entre los que destaca el 7.4. Pero durante la tramitación de otro procedimiento, varios sujetos del sector señalan “diversas preocupaciones sobre el modelo propuesto”. El organismo optará por presentar un proyecto piloto.

28 de julio de 2022: la CNMC aprueba “un proyecto de demostración regulatorio de control de tensión” con características similares al 7.4 al tiempo que reconoce los “problemas continuos de control de tensión que se están registrando en el sistema español”. Ese piloto, explica, “permitirá obtener experiencia a la hora de evaluar el impacto que podría tener la implantación definitiva en todo el territorio peninsular del nuevo servicio de control de tensión, así como valorar la introducción en su caso, de posibles mejoras”.

2 de noviembre de 2023: la CNMC lanza otro proyecto piloto para controlar tensión por el lado de la demanda, para grandes consumidores. La resolución dice que REE ha pedido “medidas urgentes” ante los problemas de tensión que ya se producían mientras Competencia reconoce que “las elevadas tensiones en la red podrían provocar el desacoplamiento intempestivo de instalaciones conectadas a la misma”. “Cada vez hay más excedentes de [energía] reactiva en el sistema, lo cual está contribuyendo a un aumento generalizado de las tensiones en el sistema eléctrico, llegando en ocasiones a valores cercanos o incluso superiores a los máximos admisibles. Añade el operador del sistema [REE] que los escenarios previstos en el corto y medio plazo hacen prever que este efecto puede ir en aumento si no se toman medidas urgentes para corregirlo”.

20 de febrero de 2024: el Gobierno aprueba el anteproyecto de ley de recuperación de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para desgajarla de la CNMC. La entonces ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, confía en que la nueva CNE esté en marcha en 2025. Explica que “hay 24 reguladores independientes de energía a nivel europeo” y la inmensa mayoría no están integrados en otros organismos, como en España. Prevé un “reforzamiento” de los medios del organismo, incluyendo una nueva división de Inspección. El proyecto de ley fue remitido al Congreso en septiembre de 2024 y lleva meses empantanado en la Cámara Baja.

Marzo de 2024: REE vuelve a pedir a la CNMC que apruebe el 7.4.

18 de noviembre de 2024: la CNMC saca a consulta el desarrollo de un servicio de control de tensión en el sistema peninsular español, normativa que reconoce “obsoleta”. “La estabilidad del sistema eléctrico se está viendo afectada por una creciente variabilidad en tiempo real, tanto proveniente de la generación como de la demanda (autoconsumo o almacenamiento), así como de los flujos en las interconexiones”, indica. “La variabilidad de la energía activa [que necesitan los equipos eléctricos] está siendo abordada con el desarrollo de la flexibilidad de las tecnologías tradicionalmente no gestionables y el intercambio de reserva entre los sistemas interconectados”. Pero “también la energía reactiva [una especie de efecto secundario] y la tensión están sufriendo problemas de variabilidad, mientras que la metodología de control de tensión basada en el seguimiento de consignas fijas, particularmente de factor de potencia, está obsoleta y resulta insuficiente para garantizar la seguridad del sistema”.

28 de abril de 2025: apagón histórico en la Península Ibérica. Ese día, el Pleno de la CNMC preveía aprobar la oferta pública de adquisición (opa) de BBVA sobre Banco Sabadell. La reunión se aplaza.

19 de junio de 2025: Competencia anuncia que ha dado luz verde al 7.4 tras publicarse los informes sobre el apagón del Gobierno y REE, que urgen a aprobarlo y revelan incumplimientos en el control de tensión por parte de las centrales de generación convencional y desconexión “indebida” de instalaciones. El nuevo sistema no estará en funcionamiento hasta principios de 2026, advierte REE.

9 de septiembre de 2025: el Pleno de la CNMC se resiste a asumir algunas obligaciones que encomendó en julio el Ministerio para la Transición Ecológica tras tumbar el Congreso el decreto antiapagones. Entre ellas, elaborar un informe trimestral sobre las obligaciones de control de tensión o un plan de inspección extraordinario, ante el que Competencia muestra reservas por una cuestión de “recursos”.

7 de octubre de 2025: REE pide a la CNMC cambiar urgentemente cuatro procedimientos de operación tras semanas de sobretensiones en el sistema.

El operador del sistema pidió este jueves “tranquilidad” porque no ha hablado “de riesgo de apagón ni inminente ni generalizado” y estas variaciones de tensión “deben evitarse” pero no han supuesto riesgo de suministro al estar en los límites admisibles. “Hemos actuado como siempre, proponiendo en los últimos días las medidas que consideramos necesarias para reforzar la robustez del sistema”. El objetivo “es reducir estas dinámicas que han empezado a aparecer por la evolución que el sistema está experimentando”.

La CNMC tiene pendiente elaborar un informe sobre el apagón que se sumará a los del Gobierno, REE y los expertos europeos, y será clave para las multimillonarias indemnizaciones en juego por un colapso del que se culpan mutuamente las eléctricas y REE.