Rociar vinagre blanco en las almohadas es una práctica doméstica que ha ganado popularidad por sus beneficios higiénicos y su bajo costo.
Aunque pueda parecer inusual, este líquido común en la cocina posee propiedades desinfectantes, antifúngicas y desodorizantes que lo convierten en una alternativa eficaz para mejorar la limpieza del descanso sin recurrir a productos químicos agresivos.
Las almohadas acumulan ácaros, bacterias, sudor, células muertas y partículas del ambiente que, con el tiempo, pueden generar malos olores y afectar la calidad del sueño.
En personas con alergias respiratorias o piel sensible , estos microorganismos pueden provocar molestias como congestión, picazón o irritación.
El vinagre blanco, al ser ácido acético diluido , actúa como agente antimicrobia