Una jueza federal ha bloqueado temporalmente el envío de la Guardia Nacional a Chicago que Donald Trump ordenó con el pretexto de proteger los edificios federales, así como acompañar a los agentes de inmigración (ICE). La orden de la jueza April Perry, que también impide al presidente federalizar los guardias nacionales adscritos a Illinois, llega cuando cerca de 500 efectivos ya han sido desplegados en el área alrededor de Chicago.

La resolución de la jueza Perry, que fija el bloqueo para dos semanas, es resultado de la demanda que presentó el gobierno de Illinois en el mismo momento en que Trump movilizó el cuerpo. La magistrada considera que permitir la presencia de tropas en el estado “solo echaría más leña al fuego”, y ha señalado cómo las protestas en la ciudad han sido provocadas por el comportamiento de los agentes de ICE.

Trump ordenó desplegar la Guardia Nacional en contra de la autoridad del gobernador de Illinois, a pesar de que anteriormente un juez declaró ilegal el envio de las tropas a Los Ángeles, entre otras razones, porque el presidente lo hizo ignorando la voluntad del gobernador de California, Gavin Newsom.

La sentencia llega tan solo cinco días después de que otra jueza federal frustrara temporalmente el intento de Trump de enviar soldados a Portland (Oregón) en su cruzada para ocupar militarmente las distintas ciudades demócratas del país. Primero lo hizo con Los Ángeles el pasado mes de junio – y sigue teniendo federalizados unos 300 efectivos del cuerpo californiano- y luego con Washington, donde ya se están a punto de cumplir dos meses del despliegue y no hay ningún horizonte para su retirada. También hay soldados en Memphis, las cuales han sido movilizadas con la colaboración del gobernador de Tennessee.

 “Estamos en Memphis. Vamos a Chicago. Vamos a otras ciudades”, decía este jueves por la mañana Trump durante la reunión de gabinete. Nueva York y Nueva Orleans son dos de los lugares que el mandatario baraja desde hace tiempo como los siguientes blancos.

“Tenemos un ejército muy poderoso”, añadió. “Tenemos una Guardia Nacional muy poderosa. Estamos enfrentando directamente la siniestra amenaza del terrorismo y la violencia doméstica de izquierdas, incluido el grupo terrorista antifa”, dijo, en referencia a un movimiento antifascista descentralizado sin estructura formal.

Durante la audiencia, los abogados del gobierno defendieron que los soldados de la Guardia son necesarios para proteger a los agentes y propiedades federales de los manifestantes. Trump lleva semanas retratando Chicago como un “agujero de crimen” y en su afán por aplicar mano dura contra uno de los grandes bastiones demócratas, donde justo el agosto pasado Kamala Harris fue nominada para liderar la papeleta electoral.

La administración Trump lleva semanas sembrando el terror en las calles de la ciudad con las agresivas redadas de ICE que se llevan a cabo bajo la operación Midway Blitz. El presidente que insiste en describir Chicago como una “zona de guerra” es el que ha autorizado a que los agentes de inmigración practicaran macrodetenciones como la de hace unos días en un bloque de viviendas que se realizó en plena noche y donde se arrestó a 130 personas, incluidos niños. A consecuencia del hostigamiento, vecinos de la ciudad han salido a las calles a protestar. Hecho que Trump ha estado distorsionando y usando en su favor para justificar el despliegue.

De hecho, al dictar su decisión desde el estrado, la jueza Perry ha expresado que difícilmente puede dar crédito a las afirmaciones de la administración Trump sobre la supuesta violencia en las calles. La magistrada ha citado las protestas frente a un centro de detención de inmigración en Broadview, un suburbio de Chicago, donde un pequeño grupo de manifestantes se ha congregado diariamente durante semanas.

 Tanto el alcalde de la ciudad, Brandon Johnson, como el gobernador de Illinois, J.B Pritzker, han denunciado los abusos de poder por parte de Trump. La respuesta del presidente ha sido amenazarlos con la sugerencia de que ambos líderes demócratas deberían ser encarcelados por “fallar” al proteger a los agentes de ICE. El republicano lanzaba este ataque el miércoles, justo cuando las tropas federalizadas ya estaban a las puertas de Chicago. Aparte de 200 efectivos del cuerpo de la Guardia Nacional de Chicago, también hay unos 300 que han sido movilizados desde Texas.

En paralelo a la decisión de Chicago, un panel de tres jueces de un tribunal federal de apelaciones en San Francisco parecía inclinado a posicionarse en sentido contrario y revocar el bloqueo que existe sobre el despliegue de tropas en Portland. De ser así, los militares podrían proceder a entrar en la ciudad tal como Trump desea.