Se viven tiempos convulsos en el panorama geopolítico. Los posicionamientos estratégicos en los conflictos vigentes alrededor del globo implican consecuencias en cuanto a las relaciones internacionales. Que un gobierno tome decisiones a escala internacional supone tener que asumir una responsabilidad que puede afectar al devenir de la política local y sus alianzas estratégicas con otras naciones.
Este es el caso actual de España , que empieza a recoger el fruto de sus decisiones en materia de defensa. Que Donald Trump haya mencionado la posibilidad de de la Organización del Tratado del Atlántico Norte por solo destinar un 5% de su PIB en defensa es un aviso de la fragilidad de las alianzas en este contexto de absoluta delicadeza geopolítica. Este toque de atención llega, además, en un