Un petrista de manifestación recibe unos pocos pesos, un tamal o una lechona; lo transportan como ganado al matadero; lo humillan y desprecian y, muchas veces, lo devuelven borracho o trabado.
Por la abstención

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Un petrista de manifestación recibe unos pocos pesos, un tamal o una lechona; lo transportan como ganado al matadero; lo humillan y desprecian y, muchas veces, lo devuelven borracho o trabado.