Mario tiene 48 años, es de Burjassot , fue panadero y aficionado a las motos con su Harley. Hoy se prepara para afrontar un reto que, a simple vista, parece imposible: recorrer 438 kilómetros en siete días, desde Valencia hasta Madrid, sin ver y con una sordera progresiva . Su objetivo no es batir una marca, sino visibilizar una enfermedad rara que le cambió la vida: el síndrome de Usher .

“En 2014 empecé a notar que me chocaba con las esquinas de las mesas en la panadería” , recuerda Mario en Herrera en COPE Comunidad Valenciana . Aquel síntoma fue el principio de un diagnóstico devastador: una mutación genética le había causado esta enfermedad neurodegenerativa, que combina retinosis pigmentaria (ceguera progresiva), sordera y problemas de equilibrio.

Mario con su hija Erika

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