En su repliegue estratégico como primera potencia mundial desafiada por un nuevo orden de contornos por definir, el Estados Unidos de Donald J. Trump ejercita un nervioso intervencionismo en la escena global que también vuelve a poner a toda América, el llamado Hemisferio Occidental, a su lista de prioridades.
Ahí están los sucesivos ejemplos de Canadá, México, Venezuela y, más cerca, Brasil, un ejemplo de manual de “weaponization” en política exterior, el uso como arma de los aranceles en este caso no por razones comerciales, sino ideológicas: la condena de su aliado Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado de 2023.
Como informó Perfil, el bolsonarismo presionó al entorno trumpista para provocar la reacción de Trump, quien aplicó un brutal arancel de 50% sobre los producto