Cada que Isaac del Toro sube al podio lo hace ver como algo rutinario, como si el desgaste físico fuera ajeno al ciclista de Ensenada , Baja California, y tanto sus rivales como el público ya supieran lo que va a ocurrir. Al menos, cuando su compañero en el UAE Team Emirates, Tadej Pogacar y otros tres monstruos de la disciplina, no están en la lista de salida.
Esta historia se escribió de nuevo ayer en la edición 109 de la carrera clásica Gran Piemonte, que se disputó entre las localidades italianas de Dogliani y Acqui Terme. Del Toro llegó a la meta con una calma pasmosa, volteó por cortesía hacia el fondo y se dio cuenta que nadie lo acechaba. Estaba solo después de 179 kilómetros. Levantó los brazos y con uno de sus dedos indicó que otra vez era el número uno, al lograr su vic