La designación de José Jerí como nuevo presidente del Perú tras la vacancia de Dina Boluarte ha dejado en cuestionamiento no solo la estabilidad política del país, sino también los compromisos institucionales con los derechos humanos y la lucha contra la violencia de género . Su llegada al cargo más alto del Poder Ejecutivo ocurre bajo la sombra de una denuncia por violación sexual, archivada y cuestionada, que, según colectivos feministas, jamás debió pasar inadvertida. En menos de 24 horas, Jerí asumió su flamante posición sin que esta acusación haya sido siquiera mencionada en el debate parlamentario, un silencio que, para muchas, grita impunidad.
“Esto indica que hay una gran tolerancia social (en referencia a los denunciados por violencia sexual) que se refleja también en l