El 14 de julio de 1789, los parisinos descontentos tomaron la Bastilla, una prisión que estaba en horas bajas, con solo siete prisioneros, pero que contenía armas y pólvora. La Bastilla no tenía un gran valor, pero era un enorme símbolo del Antiguo Régimen, una monarquía absoluta en la que los nobles y el clero tenían poder, mientras que la creciente burguesía era menospreciada, y con un régimen feudal en las zonas rurales. El hecho de que la Bastilla fuera conquistada se considera el inicio de la Revolución Francesa, pero ocurrieron muchas más acciones que condujeron hasta la Asamblea Nacional en octubre del mismo año, donde se derogaron las leyes que habían regido Francia durante casi mil años, y un nuevo orden constitucional, que consideró la libertad y la igualdad ( Liberté, Egalité
La propagación del Gran Miedo en Francia

90