Desde que enfrentó en su momento al entonces todopoderoso Hugo Chávez, María Corina Machado se ha ganado todo tipo de elogios, críticas, insultos y aclamación popular. Su camino hacia al Nobel de la Paz incluyó una férrea campaña electoral y el paso a la clandestinidad.
En algunos sectores sociales de Venezuela despierta un sentimiento de admiración y, en algunos casos, de pasión casi religioso. En la última campaña electoral se veía a la gente llorar al paso de su caravana o abalanzarse sobre el camión que la llevaba para poder tocarla.
Se trata de una líder política carismática, mucho más cercana a la gente que otros frustrados dirigentes opositores como Juan Guaidó, Leopoldo López o Henrique Capriles.
Machado, que nació en Caracas hace 58 años, recorrió el país durante la campaña ele