Foto: Juan Carlos Talavera
GUANAJUATO.– “Maurice Ravel (1875-1937) vivió una época en la que la música para piano estaba siendo revolucionada y él fue una parte de eso, junto con otros músicos, así que para lograrlo se centró en su idea de la música y no le importó lo que los demás pensaran. Hizo lo suyo y se convirtió en un camaleón que logró adaptarse a diferentes estilos”.
Así lo comentó ayer el pianista suizo Adrian Oetiker, quien hoy, a las 13:30 horas se presentará en la edición 53 del Festival Internacional Cervantino, en el Templo del Señor Santiago Apóstol en Marfil, donde rendirá homenaje a Maurice Ravel, por el 150 aniversario de su nacimiento, donde interpretará cuatro de sus ciclos pianísticos más emblemáticos: Sonatina, La Tumba de Couperin, Valses nobles y sentimentales