Los costos de una cochera, los viajes en colectivo, el valor en alza de los combustibles, el congestionamiento del tránsito en el centro. Todo se conjuga para que muchos rosarinos encuentren en la movilidad eléctrica una opción para ajustar el gasto y poder trasladarse a la oficina o a estudiar. Un sondeo de La Capital entre locales dedicados a vender monopatines eléctricos confirman que el aumento en la venta interanual oscila entre el 10 al 20 por ciento, en plena crisis.
Con una inversión promedio de un millón de pesos, en hasta 12 cuotas subirse a estas patinetas empujó a muchos a dejar el colectivo, a otros a no pagar más una cochera para dejar la moto o a los automovilistas a llevar el artefacto en el baúl para entrar rápido al caótico tránsito de la city rosarina.
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