Kevin Cantera, investigador y escritor especializado en una empresa del sector educativo, formaba parte del equipo que recibió instrucciones de utilizar herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT y Microsoft Copilot para agilizar sus procesos de trabajo.
Como relata al Washington Post , Cantera llegó a considerar la IA como un "colaborador" que multiplicaba su productividad, dedicándose a perfeccionar prompts y revisando meticulosamente los resultados generados por la máquina para garantizar su calidad.
La situación tomó un giro irónico cuando, este mismo verano, Cantera fue incluido en un despido colectivo que afectó a varias decenas de creadores de contenido. El investigador había confiado en las garantías de su jefe de que la IA no reemplazaría a los humanos, pero fi