El pilar de la disuasión terrestre estadounidense, el misil LGM-30G Minuteman III, es un veterano de la Guerra Fría que empieza a acusar el paso del tiempo. Pese a su alcance de unos 13.000 kilómetros, este sistema opera desde silos fijos, una tecnología que evidencia la necesidad de una modernización profunda. La administración del presidente Donald Trump ya ha puesto en marcha su relevo, el LGM-35A Sentinel, un proyecto de nueva generación con el que Washington espera asegurar su supremacía en las próximas décadas. Esta modernización no se limita a los misiles balísticos, ya que EE.UU. también ha desplegado una nueva superarma en el Pacífico, una acción que sus rivales consideran una provocación directa.

De hecho, esta renovación responde a los movimientos de sus principales competido

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