En una madrugada de máxima tensión, el presidente de la República, José Jerí Oré, encabezó un operativo masivo sin precedentes en el penal de Ancón I, en el marco de una ofensiva nacional contra el crimen organizado que opera desde los centros penitenciarios del país.
El despliegue, ejecutado con apoyo del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y las Fuerzas Armadas, se desarrolló de manera simultánea en los penales de Lurigancho, Trujillo y Challapalca, con el objetivo de desarticular las redes delictivas que coordinan extorsiones, cobros ilegales y sicariatos desde prisión.
Durante la intervención, los agentes ingresaron a las celdas y procedieron a la incautación de celulares, chips, armas blancas y otros objetos prohibidos, mientras los internos eran sometidos a estrictas requisas y