En la madrugada del sábado falleció en Palma Olga María Vicario Zurdo, magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer 3 de Palma. Tenía 58 años y un hijo de nueve años.

Su enfermedad, con la que batalló durante dos años y la serenidad con la que ha afrontado estos últimos momentos, han provocado una honda impresión en el mundo judicial de Mallorca y una enorme consternación.

Apenas llevaba cinco meses en el juzgado de Palma tras pasar años en los de Manacor primero e Inca después, donde fue una de un grupo de juezas jóvenes que accedieron a los órganos de la Part Forana y que, de una manera u otra, dejaron huella.

Vicario llegó a la Isla desde un pueblo de Madrid y seguía muy vinculada tanto a su madre como a su hijo que tuvo en solitario. Sus compañeros la describen como una mujer

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