El quinto juego de la serie divisional entre Tigers y Mariners quedó grabado en la memoria de Seattle por su duración y drama. La noche del viernes en el T-Mobile Park se vivió un encuentro que necesitó de 15 innings para su desenlace y 15 lanzadores en escena. Ingresó a los libros de historia como el encuentro más largo para definir una serie de postemporada.
Dentro de esa rica narrativa en donde las entradas parecían eternas, en la parte baja del segundo rollo, ocurrió un momento que nadie esperaba cuando Josh Naylor , el jugador conocido más por su corpulencia que por su velocidad, robó la tercera base . La jugada fue tan improbable como determinante. Mitch Garver siguió con elevado de sacrificio y subió la primera carrera de Seattle a la pizarra .
Esa jugada marcó un hil