Córdoba volvió a vestirse de tradición en pleno mes de octubre. No era Semana Santa, aunque lo pareciera. Miles de personas llenaron las calles para vivir una jornada única: la conmemoración de los seis siglos del primer rezo de las catorce estaciones del Vía Crucis en Occidente, devoción que introdujo el beato Álvaro de Córdoba desde Scala Coeli.

El ambiente acompañó. El calor se hizo notar y los inevitables retrasos fueron parte del guion, pero la emoción y el nivel musical marcaron una jornada que quedará en el recuerdo. La primera en cruzar el altar dispuesto para la ocasión fue la hermandad de las Aguas, de Palma del Río, con apenas unos minutos de demora. Le siguió la Caridad de Pozoblanco, ambas con la singularidad de presentar crucificados en actitud de Vía Crucis y un acompañamie

See Full Page