Cuando Israel atacó al equipo negociador de Hamás en Qatar, parecía una nueva escalada de violencia que alejaba aún más la perspectiva de paz.
Ese ataque aéreo del 9 de septiembre violó la soberanía de un aliado estadounidense y amenazó con expandir el conflicto a una guerra regional.
La diplomacia parecía estar en ruinas.
En cambio, resultó ser un momento clave que condujo a un acuerdo, anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para la liberación de los rehenes israelíes restantes.
Este es un objetivo que él, y antes que él, el anterior presidente Joe Biden, habían buscado durante casi dos años.
Es solo el primer paso hacia una paz más duradera, y los detalles del desarme de Hamás, la gobernanza de Gaza y la retirada total de Israel aún están por negociar.
Pero si