En los partidos amistosos, lo que importa, más que el resultado, es el funcionamiento. Pero un 4-0 no puede pasar inadvertido, y menos cuando por primera vez se lo propina a un rival que siempre lo ha complicado.
Colombia aplastó a una muy pobre versión de México, una de las selecciones anfitrionas de la próxima Copa del Mundo, donde, seguramente, deben haber quedado muy preocupados. La prueba sirvió para probar titulares y suplentes del ataque, porque la defensa no tuvo mucho trabajo.
La primera sorpresa de la Selección Colombia fue la alineación. Lorenzo regresó a una pareja de zagueros centrales casi inédita, la conformada por Willer Ditta y Jhon Lucumí, que solo tenía un antecedente, la derrota contra Bolivia en El Alto.
La otra fue la decisión de Lorenzo de tirarle la camiseta, de