El 11 de octubre de 2025, Marcelino Quispe, un granjero de 54 años de la aldea de Quime, en el departamento de La Paz, Bolivia, se convirtió en una sensación local tras descubrir una esfera metálica brillante, del tamaño de un huevo de codorniz, dentro del buche de una gallina que sacrificó para la cena familiar. La esfera, descrita como «dorada, lisa y pesada» por testigos, fue inicialmente confundida con un tumor hasta que un joyero local confirmó que contenía un 85% de oro puro, valuado en unos 3.000 dólares.
Según reportes de El Deber, el hallazgo desató el caos en Quime: decenas de vecinos comenzaron a sacrificar sus propias gallinas en busca de más «huevos de oro», mientras especuladores de La Paz y turistas llegaron al pueblo con detectores de metales, creyendo que el terreno podrí