El gran espacio que hoy ocupa la plaza del Pilar , imagen y corazón de Zaragoza, ha estado inevitablemente ligado a la evolución constructiva de la Basílica del Pilar desde sus orígenes en aquel pequeño templo de Santa María que, según la tradición, acogió la columna de jaspe (el pilar) dejada por la Virgen cuando vino en carne mortal en el año 40 d.C. para apoyar al apóstol Santiago en su evangelización y pedirle que le rindiera culto en ese lugar por los siglos de los siglos.

La historia documentada de esa pequeña iglesia data del siglo IX, en la que se atestigua la existencia de una iglesia mozárabe en Saraqusta dedicada a Santa María, que ya contaba con un pequeño anexo . Tras la conquista de la ciudad por Alfonso I el Batallador en 1118, la dominación islámica tocó a su fin y

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