Frente a una economía mundial en desaceleración y deudas crecientes, muchos gobiernos de países en desarrollo pueden verse tentados a reducir los programas contra la pobreza. Eso sería un grave error. Combatir la pobreza no es solo un imperativo moral, también es crucial para la estabilidad económica, la prevención de conflictos y el desarrollo a largo plazo .
Investigaciones recientes respaldan la justificación económica para la reducción de la pobreza, demostrando que una disminución de diez puntos porcentuales en las tasas de pobreza puede aumentar el crecimiento per cápita hasta en un 1,2 % anual . Para países como la República Democrática del Congo (RDC) y Paraguay, esto significaría un aumento del 25 % o más en el crecimiento per cápita anual.
Además, la experiencia de países de Áf