Una de las tantas frases que se le atribuyen a Perón es que “el capital es cobarde”. Pero él solo popularizó un concepto que, entre otros, ya habían esbozado Keynes y Roosevelt. El capital, o los dueños del capital, son empresarios habitualmente sensibles a cambios que podrían afectarlos. A ellos, a sus empresas y a quienes de ellos dependan.

Lógica anarco. En países como el nuestro, esos temores recrudecen. En especial, por los continuos giros de las políticas económicas, la inseguridad jurídica y, además, por las presiones de los funcionarios de turno. Son funcionarios que controlan, por ejemplo, la SIDE, ARCA o ministerios de los cuales puede depender que a unos empresarios les vaya bien y a otros muy mal.

En estos dos años, el temor del establishment hacia Milei fue similar al de la

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