Muchas personas duermen con la luz prendida, ya sea por miedo, costumbre o simplemente por comodidad. Pero, varios estudios muestran que mantener el dormitorio iluminado altera la calidad del sueño y puede tener efectos en la salud física y emocional.

Principalmente lo que pasa es que el cerebro necesita señales de oscuridad para activar la melatonina, una hormona que regula los ciclos del sueño. Cuando la luz permanece prendida, el cuerpo interpreta que todavía es de día, lo que retrasa el descanso profundo y genera una sensación de fatiga al despertar.

¿Miedo, ansiedad o costumbre? Esto es lo que sugiere la psicología

Los especialistas en sueño y psicología coinciden en que dormir con luz encendida puede estar relacionado con factores emocionales. El miedo a la oscuridad, incluso en a

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