Hay momentos en la historia que trascienden la política y se convierten en símbolos de transformación.
El Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado es uno de ellos. No se trata solo de un reconocimiento individual, sino de un homenaje a la valentía, al coraje y al amor con el que una mujer ha enfrentado, durante años, las batallas más difíciles en medio de un país herido.
De los ciento once galardonados con el Nobel de la Paz, solo diecinueve han sido mujeres, y de esas, apenas dos latinoamericanas. Esa cifra, por sí sola, ya nos habla del largo camino que aún recorremos las mujeres para que nuestras voces sean escuchadas, para que nuestro liderazgo sea reconocido no por la fuerza o el poder, sino por la capacidad de transformar desde la empatía, la ternura y la esperanza.