Cada día, más de 70.000 kilos de ropa usada ingresan a los almacenes de Cáritas desde los contenedores y donaciones particulares. Allí, las prendas se revisan y clasifican una a una para destinar parte de ellas a familias con necesidades o a las tiendas de segunda mano del programa Moda re- . Sin embargo, la magnitud del volumen recibido y la baja calidad de muchas piezas hacen que una gran cantidad quede sin salida.

Solo en el almacén de Madrid se acumulan actualmente más de un millón de kilos de ropa pendientes de procesar. Desde la organización explican que el aumento de las donaciones no se traduce en una mayor reutilización: “Cada vez se recibe más ropa, pero de peor calidad, lo que dificulta su aprovechamiento” . Según Cáritas , esta situación refleja los efectos del m

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