El turrón salteño es uno de esos clásicos del norte que combinan tradición, dulzura y una textura inconfundible. De origen artesanal y con un toque rústico, el amor por este dulce se transmite de generación en generación como un emblema de las mesas familiares y las fiestas patronales.
La receta del turrón salteño mezcla el caramelo profundo de la miel de caña, la suavidad del dulce de leche y el toque crocante de las nueces. A diferencia de los turrones europeos, este lleva una masa liviana tipo galleta, rellena con merengue, miel y dulce, resultando en una experiencia suave, cremosa y muy argentina.
El resultado de este procedimiento es un postre que se disfruta tanto frío como a temperatura ambiente, y que combina muy bien con un café o una copita de licor casero.
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