Desde que Manneken Pis abrió su primera tienda en Benidorm a mediados de los años 70, algo cambió para siempre: comer por la calle un gofre adhirió lo belga al imaginario popular. Desde entonces cafeterías, bares, pastelerías o comercios de alimentación han seguido una estela de presencia de Bélgica en la ciudad, una comunidad pequeña, pero que destaca con su personalidad y crece de forma pausada pero inquebranta ble.
Hoy en día los belgas son la quinta nacionalidad extranjera en la reserva de asientos aéreos que llegan al aeropuerto de Alicante , un 7,9% de incremento sobre el año anterior, 2024. La comunidad de este país cuya población no llega a los 12 millones de habitantes busca en Benidorm sol y playa en un 45,6%.
La cerveza fideliza
Ello no es excusa para que