CDMX.- Todos los toreros ponen punto final a su carrera, como lo hizo premeditadamente Fernando Robleño; sin embargo, casi ninguno lo hace de manera súbita, como “Morante de la Puebla”, ayer en Las Ventas de Madrid.

Después de una monumental faena a “Tripulante”, de Garcigrande, que le propinó un tremendo revolcón, obtuvo un triunfo contundente de dos orejas que exaltó a la abarrotada plaza y le reafirmó su lugar como una de las máximas figuras del toreo.

Pero es “Morante”, y él mismo se quitó la coleta en medio del estupor general.

“Fue un momento único, que nadie esperábamos. Místico como es él, caminó a los medios de Madrid -con todo lo que eso conlleva- y se desprendió del añadido en un trance espiritual”, relató desde la propia plaza el productor musical y cultural mexicano Marco A

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