PARA ENTENDER EL problema del llamado huachicol fiscal y hasta dónde extiende su mancha, es necesario poner la lupa sobre el modus operandi de quienes participan en él y cómo el aparato de seguridad del país ha ido destejiendo una madeja de infinidad de tumbas que presenta el problema.
PRIMERO, ES NECESARIO recordar que este delito es de los que se catalogan como un fraude en el que se simula la compraventa de combustibles por medio de facturas falsas y empresas fantasma, y para que esto ocurra, hasta ahora las autoridades han logrado identificar cuatro fases.
TAL VEZ UNA de estas fases, la más difícil, fue establecer que existe una red de empresas aparentemente legales que simulan la compraventa de combustible entre ellas. Para justificar las compras y las ventas se emiten facturas, per