La escena viene repitiéndose a diario desde hace décadas en miles de familias con chicos en edad escolar: un hijo que no termina de resolver una tarea por su cuenta, un padre que quiere ayudarlo y una consigna que no logran sacar adelante ninguno de los dos. Frente a esta situación, lo que hace poco sonaba a ciencia ficción hoy constituye un valioso recurso que la mayoría desprovecha y del que cualquiera se puede valer: un asistente virtual capaz de explicar, poner ejemplos, guiar en el aprendizaje y volver más entretenida cualquier tarea para el hogar.

Aunque la llegada de la inteligencia artificial (IA) al ámbito educativo despierta tanto entusiasmo como desconfianza, y muchos adultos temen que reemplace el esfuerzo o la concentración, la mayoría de los especialistas ven en ella un vali

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