Puertas adentro desde hace varias décadas los colombianos vienen haciendo esfuerzos por pacificar a su país y por librarlo de las garras del narcotráfico, una de las peores lacras de la humanidad porque envuelve la producción y el traslado de sustancias que silenciosa y subrepticiamente siegan vidas por millones en el mundo entero.

Puertas afuera, la actuación de la narcoguerrilla ha sido vista con gran preocupación por los países que son víctimas de estos hechos criminales y también por las instituciones que monitorean su avance y proponen soluciones al mismo. Algunas naciones han invertido cantidades significativas de dinero y enormes esfuerzos y tiempo en desterrar el mal, tanto de la producción como del consumo de sustancias psicoactivas, para terminar reconociendo que ello no ha surt

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