Los desechos orgánicos se han convertido en una fuente silenciosa pero poderosa de contaminación. Según expertos y organismos internacionales, el metano liberado por la descomposición de estos residuos tiene un efecto 80 veces más potente que el dióxido de carbono en el calentamiento global. Diversas iniciativas en Argentina y el mundo buscan reducir su impacto y promover prácticas sostenibles.
El metano (CH₄) es responsable de casi la mitad del aumento de 1,2 °C en la temperatura media global desde la Revolución Industrial, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Aunque su permanencia en la atmósfera es menor que la del dióxido de carbono —se degrada en apenas dos décadas—, su capacidad de atrapar calor lo convierte en un factor determinante del cambio