Separados por más de 10.000 kilómetros, con culturas que tienen poco en común, Venezuela e Irán afianzaron sus vínculos en el siglo XXI con un eje compartido: dos regímenes autoritarios que se oponen a Estados Unidos y buscan asociarse para desafiar las sanciones de Washington. La alianza vuelve a quedar bajo la lupa ante el aumento de tensiones militares en el sur del Caribe y lo que Caracas considera una “guerra no declarada”.

Mientras el Gobierno de Venezuela realiza preparativos frente a un posible ataque del Pentágono en tierra, Irán ya tuvo este año su propio conflicto sin precedentes de 12 días con Israel, que culminó con un bombardeo de EE.UU. contra tres instalaciones nucleares iraníes. El presidente Nicolás Maduro rechazó esa ofensiva y en septiembre el presidente de Irán, Masud

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