Hoy hablamos de algoritmos a toda hora. Están detrás de las búsquedas que hacemos en internet, las recomendaciones de series que maratoneamos y las publicaciones que vemos —o no vemos— en las redes sociales. Pero detrás de ese concepto omnipresente hay una historia milenaria: la de un sabio nacido hace más de 1.200 años, en una biblioteca de Bagdad.
El término que hoy suena a inteligencia artificial y tecnología nació, en realidad, con el cruce entre la matemática, la lengua árabe y la traducción latina. Una palabra que viajó del desierto persa a Silicon Valley sin perder su esencia: resolver problemas mediante pasos precisos .
Un nombre que nació en Bagdad y se transformó en el corazón del cálculo
La palabra algoritmo proviene del apellido latinizado de Al-Juarismi , o Muḥam